de mi límite visible, cantan
con su esplendor otros esplendores
intangibles cual ruido aleteante;
las espero sobre mi almohada
reviviendo en su interior muelle
a partir de un sueño el vacío
hasta la armonía de estar en otro;
yazgo desde el oído en lo invisible
y desde el esplendor a tantos vuelos,
horizontal cual mar quieto en su oleaje;
y nada el cuerpo en nada hasta no sentirse
cuando el canto se aleja, nube deshecha:
la voz gotea en tacto de luz y huida.
FANTE
No hay comentarios:
Publicar un comentario