13 de enero de 2008

Madre

















Inmensa madre, irascible
engendradora,

efigie sin fin, barro vestido de

figuras.
Si pudiese espirarse el tiempo que bebimos,
volver a respirar

el aire que al nacer, por vez primera,

ingerimos,
mortal o vanamente,
para atraer el vértice del fruto
a la raíz del más fértil olvido.
Allí,
oh madre,

todavía desnudo entre las sombras,

te esperaré.