Por supuesto que la pene-jauría desataría al militar complejo de botas expuestas frente a las vitrinas. La canicular fuerza del algodón al entrar al fondo del cuerpo le da fin a la lenta hemorragia neuronal en que decae y surge y decae y surge y decae el lenguaje bravito del dame dos. Pero la hospitalidad de los guardias apostados junto a cada esclavo de mimbre sólo permite el tránsito agraciado. Cuán súbito el chillido del cometa raspando el olor vacío. Sinapsis cuatro canta plena en dirección central. Orgullo tácito vehicula amor al terminal sin pago.
*
*
Orgullo diminuto entre estrellas descontentas tras resbalarse todo jardín abajo. El caracol estorba a aquello que el rocío permuta – iluminado de farol. Farol, farol. Reiría de risa por mis pies desnudos corriendo hacia el pasillo lateral izquierdo, pero el temor es tal que las enfermedades generan trámite o comercio que supera ampliamente las perspectivas pobres de mis ojos. Entonces ultimado sólo logro abrirme paso entre estructuras blancas que se deshacen al contacto con mis manos (como un cáncer-alba que me otorga olvido proseguido).
Yasna Provoste
No hay comentarios:
Publicar un comentario