23 de marzo de 2007




En el camino a Tivoly Bays, en tierra de Mohicans, hacia el río Mohikanituk o Hudson, como se lo conoce ahora con nombre usurpador.
¿Dónde está el último mohicano? A falta de respuesta os entrego mi último poema, de ayer por la tarde.








LA NOCHE en el espacio de mi cuerpo.

El cuerpo como un bosque
que soñara sus límites confusos.

Tanteo las hendijas
de la sombra astillada,

las escaras sin rostro de los robles,
tal si fueran mi rostro,

la pujanza
que destriza la tierra combatiendo
hacia las lamas pútridas del río,

donde pierdo mi nombre,

donde los nombres buscan
el vientre abierto de la luna
por retener el estallido calmo
de lo que brota
o ser esporas
de su eco poderoso
por nutrirse
del veneno nocturno de la vida,
en este merodeo,
esta acechanza
de palor y de daño,
este viento
que arrasa los ligámenes
y sin llegar a la palabra arroja
únicamente su promesa,
como el sueño de un pájaro
quemado por la luz.

Pues no hay rostro en el nudo de lo vivo,

donde el bosque está solo

o soy su soledad.

No escucho apenas

sino este ciclo de óxido,

perpetua gestación
de caos derramados
sobre la tierra negra.

He perdido mi nombre,

derrubio de las hojas
por un instante ardiendo
sobre el aire.

He perdido mi nombre.

Soy el bosque.

En la ceniza siempre canta un pájaro.




















John Donne:






AMOR NEGATIVO


Yo nunca me abatí como esa gente
que de mejilla o labio hace su presa,
o apenas remontéme hasta el que siente
que sólo alma y virtud su amor sopesa.

Pues pueden conocer juicio y sentido
lo que alienta en el fuego que no cesa:
aunque necio, mi amor es atrevido
y yerro en el deseo del que muero
sin claro ver aquello que yo quiero.

Si a lo sumo perfecto sólo llegan
palabras que negándose se ciegan,
de negaciones es mi amor difuso.
Al Todo, que aman todos, me rehúso.

Pues lo que descifrar alguien pudiera
de nuestra propia hondura, nada fuera;
y a este consuelo mi decir se aferra,
que si así no progresa, nunca yerra.





EL ÉXTASIS


Allí donde en la ubérrima ribera,
como en un blando lecho sobre almohada,
descansan las violetas, calmo era
lugar de nuestra unión más esmerada.

Nuestras manos tan fírmemente unidas
por bálsamo que de ellas rezumaba,
la luz de las miradas confundidas
de nuestros ojos doble hilo trenzaba.

Tentada nuestra carne en lo unitivo
esquejes en un solo cuerpo fuimos,
y concibió nuestra mirada un vivo
reflejo de los dos que al aire dimos.

Como entre dos ejércitos el Hado
deja suspensa la incierta victoria,
nuestras almas se habían aventurado
entre los dos en busca de la gloria.

Y mientras nuestras almas negociaban,
como en sepulcro calla una escultura,
nuestros cuerpos inmóviles estaban,
inmóvil el silencio en quietud pura.

Si alguien por el amor acrisolado
que el habla de las almas entendiese,
de buen amor su espíritu colmado
a distancia cabal se detuviese,

aun cuál de los dos habla no supiera,
pues la misma palabra los habita,
rocío aquilatado allí bebiera
del que a fulgir en más pureza incita.

Nos ilumina el éxtasis (dijimos)
y lo que amamos con su luz nos muestra,
que no era solo sexo así supimos
lo que así incita la querencia nuestra.

Mas como cada alma en sí contiene
una híbrida mixtura inextricable,
de ella el amor nuevo compuesto obtiene
y ambas une en fusión inseparable.

Una sola violeta, trasplantada,
lo que en ella era débil erradica;
fuerza, color y talla en flor ajada
en renuevos feraces multiplica.

Amor cuando dos almas entreanima
fluye de ellas un alma enriquecida,
con más recia virtud que no lastima
la soledad acerva con su herida.

Juntos los dos en sola alma sabemos
qué materia nos forma y nos afianza,
pues cada átomo aislado en que crecemos
es un alma invencible a la mudanza.

¿Tanto tiempo, tan lejos rechazados
por qué los cuerpos nuestros, a la espera,
si inteligencia somos y, ligados,
nuestros cuerpos el arco de la esfera?

Agradecer debemos la mediada
intimidad que en ellos consintieron,
las fuerzas y sentidos, la acendrada
aleación, no escoria, que nos dieron.

Pues sobre el hombre el imperio del Hado
sella primero el aire con su influjo
y aun siendo antes del cuerpo respirado,
alma en el alma, así corre su flujo.

Como la sangre nuestra se desvela
espíritus gestando como enlace,
tal dedos hábiles de hilar la tela
del nudo que hombres con su unión nos hace:

deben así las almas por amor
abrazar facultades, afecciones
que den a los sentidos su labor.
Si no, un príncipe mora en sus prisiones.

Los cuerpos, retornados, nos reciben,
el amor, por nosotros, otros ven;
misterios del amor almas conciben
pero un cuerpo es el libro en que se leen.

Y si, como nosotros, un amante
este monodiálogo ha escuchado
verá mínimo cambio en el instante
en que a los cuerpos hayamos tornado.





Tengo algunos problemas con el tratamiento de textos. No puedo cambiar la disposición de los versos en mi poema, qué le vamos a hacer, habrá que ir aprendiendo. Un abrazo muy fuerte a todos, guys.

Robinsón de Mantua.

3 comentarios:

Nigredo dijo...

COMENTARIO AL EXTASIS

Querido José Luis,
la traducción que nos ofreces "The ectasy" de Donne es sin la menor duda una proeza.
Si verter el decasílabo inglés en endecasílabos es casi una operación alquímica, tener que vérselas con el octosílabo de Donne, tan abstracto y concentrado, para darle ritmo de endecasílabo, me parece la más perfecta y acabada de las mutaciones: "amada en el amado transformada".
Hay momentos en que la traducción alcanza esa belleza que consigue que el texto traducido brille con una luz que nunca ningún comentario, ningún análisis conseguiría suscitar. Es esa interpretación de un poema desde la misma poesía, y a través sólo del pensamiento poético, la que hace palpable lo lingûísticamente carnal de todo gran poema. Tu traducción toca esa carne del poema de Donne, y la vierte a través de otros vasos, otra venas, que por instante me recuerdan a Aldana (hay un hermoso soneto del capitán sobre el nudo carnal que forman los amantes).
La sexta estrofa, por ejemplo, "Si alguien por el amor acrisolado", o la décimosegunda "Juntos los dos en sola alma sabemos", consiguen casi que uno se olvide del texto de Donne y paladee el puro idioma, esa unión de sonido y sentido que arma la carne de todo poema verdaderamente conseguido.
Es imposible, en cualquier caso, no echar de menos ciertos ritmos, que Donne consigue a través de la anáfora, de la aliteración, de la repetición: ese "our" que se repite por tres veces en la segunda estrofa; o esa doble aliteración del primer verso de la novena estrofa, corazón de todo el poema ("This ecstasy doth unperplex"); o todavía en esa misma estrofa, la estructura trimembre de la novena estrofa ("We see, we saw not, what did move"); o ese eco, que hasta por cinco veces se puede escuchar, en la décimocuarte, "us", "us", "us" "us", "us".
También, inevitables, esos pequeños trueques, por donde parece fugarse siempre, en toda traducción, algo de sentido: cuando traduces, por ejemplo, "pictures" por "reflejo" o "propagation" por que "al aire dimos"; o ese descenso de las almas de los amantes a las prisones de los sentidos, que en tu traducción se transforma en el abrazo de las almas por amor, a sus afecciones.
La estrofa que encuentro tal vez peor resuelta es la trece, quizá la más difícil de traducir. La contraposición entre nuestros cuerpos y nosotros no la encuentro tan clara como aparece en el texto de Donne. Quizá las cláusulas que empleas dificultan un poco la lectura.
En el último verso, para acabar, de la novena estrofa, no sé por qué, tal vez por ese "each", yo hago una pura lectura celaniana ("yo soy yo sólo cuando tú eres tú"), y tú traduces, ese "and makes both one, each this, and that" por "y ambas une en fusión inseparable". ¿No hay un rescoldo de leve identidad, a pesar de todo, en ese "each this, ant that"?

Podriamos seguir charlando hasta que la luz se fuese, pero una copa de Bordeaux y unas olivas de Proven Provenza me aguardan. Enhorabuena por la traducción y ánimo con las versiones japoneses, la que colgaste en el blog era simplemente
deslumbrante.

Nigredo dijo...

Comentario a THE ECSTASY (E.O.)

Nigredo dijo...

COMENTARIO AL EXTASIS

Querido José Luis,
la traducción que nos ofreces "The ecstasy" de Donne es sin la menor duda una proeza.
Si verter el decasílabo inglés en endecasílabos es casi una operación alquímica, tener que vérselas con el octosílabo de Donne, tan abstracto y concentrado, para darle ritmo de endecasílabo, me parece la más perfecta y acabada de las mutaciones: "amada en el amado transformada".
Hay momentos en que la traducción alcanza esa belleza que consigue que el texto traducido brille con una luz que nunca ningún comentario, ningún análisis conseguiría suscitar. Es esa interpretación de un poema desde la misma poesía, y a través sólo del pensamiento poético, la que hace palpable lo lingûísticamente carnal de todo gran poema. Tu traducción toca esa carne del poema de Donne, y la vierte a través de otros vasos, otra venas, que por instante me recuerdan a Aldana (hay un hermoso soneto del capitán sobre el nudo carnal que forman los amantes).
La sexta estrofa, por ejemplo, "Si alguien por el amor acrisolado", o la décimosegunda "Juntos los dos en sola alma sabemos", consiguen casi que uno se olvide del texto de Donne y paladee el puro idioma, esa unión de sonido y sentido que arma la carne de todo poema verdaderamente conseguido.
Es imposible, en cualquier caso, no echar de menos ciertos ritmos, que Donne consigue a través de la anáfora, de la aliteración, de la repetición: ese "our" que se repite por tres veces en la segunda estrofa; o esa doble aliteración del primer verso de la novena estrofa, corazón de todo el poema ("This ecstasy doth unperplex"); o todavía en esa misma estrofa, la estructura trimembre de la novena estrofa ("We see, we saw not, what did move"); o ese eco, que hasta por cinco veces se puede escuchar, en la décimocuarte, "us", "us", "us" "us", "us".
También, inevitables, esos pequeños trueques, por donde parece fugarse siempre, en toda traducción, algo de sentido: cuando traduces, por ejemplo, "pictures" por "reflejo" o "propagation" por que "al aire dimos"; o ese descenso de las almas de los amantes a las prisones de los sentidos, que en tu traducción se transforma en el abrazo de las almas por amor, a sus afecciones.
La estrofa que encuentro tal vez peor resuelta es la trece, quizá la más difícil de traducir. La contraposición entre nuestros cuerpos y nosotros no la encuentro tan clara como aparece en el texto de Donne. Quizá las cláusulas que empleas dificultan un poco la lectura.
En el último verso, para acabar, de la novena estrofa, no sé por qué, tal vez por ese "each", yo hago una pura lectura celaniana ("yo soy yo sólo cuando tú eres tú"), y tú traduces, ese "and makes both one, each this, and that" por "y ambas une en fusión inseparable". ¿No hay un rescoldo de leve identidad, a pesar de todo, en ese "each this, ant that"?

Podriamos seguir charlando hasta que la luz se fuese, pero una copa de Bordeaux y unas olivas de Proven Provenza me aguardan. Enhorabuena por la traducción y ánimo con las versiones japoneses, la que colgaste en el blog era simplemente
deslumbrante.