15 de noviembre de 2007

Annandale


















Al mar dorado de las frondas
bajó la luz a someter sus dioses.

Invade las riberas
el otoño
herido en savia alta,
en ráfagas carmíneas.

De lo hondo emerge el fuego
sólido de los arces.

Sueña lo hondo
la hoja, el resplandor
y el viento inaccesible
que lo aviva.

Descenció a la raíz
la luz sus dioses

y todo lo que brota
muere como materia iluminada.




JLC

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