9 de junio de 2007

Place Léon Blum



Leyendo un gesto del aire



Hipnotizado por la danza
de una paloma lisiada,
por el movimiento que la piedra,
en hilos de sí, saliendo al encuentro
del vuelo despliega.

En mitad de la plaza,
perdido en su centro,
llega hasta tus oídos, silbada,
la música de tu lengua,

tres hombres la cantan,
la tierra que arrastran sus voces
graba en el aire
signos, números, trazas;

termina para ellos,
aquí, la tarde,
la negra jornada,
el duro fatigar
la sombra y la carne del pan.

Por un instante,
el sudor de sus labios evacua
el limo de sus voces
y asperja el corazón de tu oído;

en un movimiento imposible
injertas tu aliento en el polvo
que sus palabras exhalan,

plantas una semilla en el aire
y aguardas, en mitad de la plaza,
a solas, a que el silencio
como rocío
la riegue.





1 comentario:

Pablo Fante dijo...

Qué nostalgia. ¿Qué habrán dicho esas voces? ¿Y qué dice el poeta de su propia nostalgia?