12 de abril de 2008

Blanco territorio














No hay, aquí, por que dar nombre al lugar,
o ceñir al alma el olor
del aire, que apresura al rocío
a levantar su vuelo como pájaro.

Tal vez el aire porte en su vuelo,
acaso, otras edades de la luz,
otras formas de ver
ciego su blanco territorio.
Pues abre su lomo el aire
a cuanto extraño o propio,
mas puro, arde sin descanso,
del crepúsculo a la gracia primera
del sol, a su elemental reverbero,
al esplendor por cuanto aguarda
en silencio y espera, aún, a ser
de alguna forma, acaso, recobrado.



2 comentarios:

Nigredo dijo...

Viajaste al blanco territorio del aire y nos traes algo, recobrado en tu poema, lleno de serena y sabia lectura del paisaje.

¡Un abrazo!

Anónimo dijo...

muy lindas lineas...

abrazos!