13 de enero de 2008

Madre

















Inmensa madre, irascible
engendradora,

efigie sin fin, barro vestido de

figuras.
Si pudiese espirarse el tiempo que bebimos,
volver a respirar

el aire que al nacer, por vez primera,

ingerimos,
mortal o vanamente,
para atraer el vértice del fruto
a la raíz del más fértil olvido.
Allí,
oh madre,

todavía desnudo entre las sombras,

te esperaré.



2 comentarios:

María Paz Alvial dijo...

me gusta mucho como escribes y me he entretenido bastante leyendo por estos lados. Ojala publiques más seguido.
Una pregunta, ¿eres el mismo que escribió la insistencia?

saludos!

mp.

María Paz Alvial dijo...

Hola Christian!

Sí, la verdad es que me gustaron muchos tus poemas, la forma en que escribes, las palabras que utilizas y la manera en que se mezclan. Me gusta mucho leer y me lleve una grata sorpresa cuando estaba leyendo la revista plagio y me encontré con la memoria del sol. Llegué ahí de casualidad, curioseando. Luego busqué si tenías más publicaciones y llegué al interesante blog de tu padre.

Yo si escribo, todo tipo de cosas. es algo extraño lo que hago, no creo que tenga nombre, es algo mio.
Escribo y a veces a los lados dibujo, los titulos son poco habituales. en fin, me gusta. jaja

Que bueno saber que pronto podré leer un libro tuyo, estaré muy atenta.

Me gustaría leer más cosas tuyas.
Acá está mi mail, podríamos compartir, dame el tuyo.
mariapazalvial_85@hotmail.com