30 de octubre de 2007

Lluvia












Pica el azul de la noche
y el imâm del cielo aparece,

vestido de verdura,
de luminoso verde,

escapado del fino chal
de la líquida lluvia,

como el saludo
de un dios evanescente.

Respondiste a la música,
de música te hiciste,

picaste de la noche
de brillos tan breves;

durante seis horas el cielo
en lluvias se deshizo

y sólo a él le escuché cantar
augurando la mañana,

avahándola desde
el fondo de su pico,

nunca al filo de la voz.


E.O.




2 comentarios:

Nigredo dijo...

Esplendorosa aparicion, poema que fluye susurrado y limpio, desde un cielo sufi, ofrecido e impenetrable a la vez, como debe ser un poema, una invitacion y un vuelo, vertigo y dulzura.

Excelente hallazgo: avahar!

Un abrazo desde El Bardo.

Pablo Fante dijo...

Esplenderoso renacer del blog. Bello andar hacia oriente. ¿Bello andar de Nigredo?
Un abrazo desde Toulouse.