HE ACARICIADO cuerpos de bultos que apenas respiraban - he maldecido en silencio a la noche - la estela ciega de sus pájaros - he supliciado con mis ojos brotes que agonizaban - he lamido la luz con el mismo odio con que el vino madura hacia el rojo - he amanecido en los brazos carcomidos del ángel - me he asegurado de que nadie siguiera mis pasos y en la última rama del árbol he preparado todo para que una soga adoctrine a las aves sobre el blanco hedor de la muerte.
E.O.
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